«He sentido respeto del club, los compañeros, el presidente y la hinchada»
Emiliano Alfaro es uno de los símbolos contemporáneos de Liverpool, allí nació futbolísticamente y fue donde la carrera terminó, con un pasaje en 2014-2015 en el que volvió para jugar segunda división y ascender. Además vistió importantes camisetas como la de San Lorenzo y Lazio, además de pasar por exóticos mercados futbolísticos como son Emiratos Árabes, India y Tailandia. El veloz delantero charló con 2 de Punta en la mañana de Otra Cabeza:
Olimareño, sus primero años fueron los tradicionales de un niño nacido en el interior del país: «Me crié en un contexto espectacular en Treinta y Tres con mis padres y mi hermano, pude jugar al fútbol pero con la condición de seguir formándome en lo académico. Pasé una infancia muy feliz. Extrañé muchísimo cuando vine muy chico a Montevideo con 15 años, se me caían las lágrimas cuando hablaba con mi familia, vivía en C.A.F.O con Elías Figueroa y otros compañeros que vinimos de afuera pero sabía que mi sueño era jugar al fútbol. Treinta y Tres es espectacular, siempre voy y disfruto, sigo viéndome con la barra de amigos de esa época. Jugué en Huracán de Treinta y Tres. El campito quedaba frente a mi casa y pasábamos todo el día ahí. En la escuela esperaba el recreo para jugar al fútbol, rompimos los vidrios de todos los salones».
Tras debutar en primera división en Liverpool, el primer salto se dio a la vecina orilla, también el fútbol lo llevó al fútbol europeo y asiático: «San Lorenzo fue mi primer gran paso, me encontré en un fútbol que veía por tele y soñaba llegar. Me llamó el Cholo Simeone para decirme que me quería como el 9 del equipo, aprendí mucho, después vino Ramón Díaz, me rompí la rodilla, paré 6 meses y después se terminó el préstamo. Recuerdo un triunfo clásico ante Huracán, salí unos minutos antes y sentí el uruguayo, uruguayo desde la tribuna. Si bancas la presión de los hinchas en Argentina estás capacitado para jugar en cualquier lugar, un día no salían las cosas miré para la tribuna y había hasta niños puteando. En la Lazio era llegar al primer nivel, disfrute los momentos. El club después no se portó bien conmigo, con el tata y otros compañeros. En Asia me fue bien, hice mi nombre»
Liverpool es su casa, donde todo comenzó y donde también llegó el final de la carrera: «El gesto del plantel de poner mi camiseta en la Copa me deja tranquilo, en el Intermedio vino Ustari y prácticamente me obligaron a levantar la Copa. Esos gestos hablan de lo que uno fue sembrando a lo largo de la carrera, se los agradecí 1500 veces a todos, fue un gesto profundo y para mí fue espectacular. Son muchos años, es el único Club que jugué en Uruguay pudiendo jugar en otros. Logramos cosas históricas como ir a las Copas, recuerdo cosas lindas y también cosas feas. Recuerdo cuando no metía goles o cuando estaba arrancando que me costaba. Siempre fue un vínculo lindo y de mucho respeto con los compañeros, con el club, con el presidente y con la hinchada».
El futuro lo tendrá dentro del fútbol, seguramente como técnico: «El fútbol y el deporte me encanta en todas sus ramas, seguro voy a estar vinculado, no veo mi vida lejos del deporte. Me estoy preparando para ser entrenador, me gusta cada vez más, ya analizo los partidos de una forma diferente, desde otro lugar. Intento aprender y sacar de todos algo, todos mis entrenadores en mayor o menor medida me dejaron algo. Hoy me veo en el futuro como entrenador, me tengo que formar, estoy terminando el curso. Ser jugador no te garantiza nada, te da un plus pero te tenés que preparar. No es sólo lo táctico, a quien pongo o a quien saco, está el manejo de grupo, dirigentes, prensa y la elección de los jugadores. Ojalá en el futuro pueda seguir en esta historia».