Una enfermedad que afecta a deportistas uruguayos: la experiencia de Déborah Rodríguez

En la antesala de la competición de 2019, el 67% de los atletas que representaron a nuestro país mostraban síntomas de agotamiento emocional.

En algún momento Déborah Rodríguez quiso dejar de correr. La atleta de 30 años que desde su adolescencia no ha parado de subirse a podios, que batió récords nacionales, que portó la bandera uruguaya en los Juegos Olímpicos y la semana pasada ganó una medalla de plata en los Panamericanos, ya no tenía ganas de salir a la pista.

“Lo llegué a padecer, literalmente”, dijo Rodríguez a El País al explicar cómo tiempo atrás sus emociones afectaron el desempeño deportivo y también su estado físico.

Su caso no es uno aislado entre atletas de alto rendimiento. Basta recordar a Michael Phelps, el mítico nadador que durante años sufrió de depresión en silencio, o a la disciplinada gimnasta Simone Biles, que se retiró de los Juegos Olímpicos en medio de la competencia para proteger su salud mental.

“A veces ser deportista es muy difícil, porque también se manejan las presiones y el exitismo. Eso te puede condicionar o potenciar, dependiendo de la persona. Sabemos que hay deportistas que se ven afectados por una mala salud mental, que no pueden obtener resultados o se limitan porque no se sienten bien emocionalmente”, planteó Rodríguez.

En su caso la clave para sobreponerse a estas exigencias, propias y de terceros, ha sido un proceso sostenido de terapia psicoanalítica y cognitiva-conductual. A su juicio, esto le permitió conocerse más allá del rótulo de campeona y de las críticas ajenas, entendiendo que “no necesariamente” la representan.

“A veces la percepción de la gente es que siempre tenemos que ganar, que siempre nos tiene que ir bien. Tenemos que representar a nuestro país, actuar y hablar perfecto… Todo tiene que ser perfecto. Y en realidad, para mí, aceptar que no necesariamente es así y que soy imperfecta, como en la vida. Lucho por un objetivo que a veces logro y a veces no. y hay que entender que está bien ganar pero también perder; que está bien sentirse bien y otras veces mal”, señaló Rodríguez.

La atleta, que ya se había referido abiertamente a la ansiedad y a ataques de pánico puntuales, entiende que es fundamental hablar de salud mental en Uruguay, y valora que cada vez se haga más abiertamente. “En nosotros estaba esa cuestión medio arcaica de ‘somos la garra charrúa’ y ‘tenemos que ser todos fuertes e imbatibles’. Y en realidad es una percepción supererrónea y equivocada. No porque a veces seas endeble tenés que ser débil. Hoy por hoy creo que los deportistas están generando una percepción sobre la salud mental y gracias a dios no es solo en el deporte, sino que la gente se está dando cuenta de su importancia”, consideró.

Estudio

A días de que la delegación uruguaya lograra su mejor participación en 60 años en los Juegos Panamericanos, cualquiera imaginaría un estado total de euforia y satisfacción entre los deportistas. Sin embargo, la literatura académica sugiere que esa percepción está alejada de la realidad.

Sin ir más lejos, un estudio conducido por el Departamento de Bienestar y Salud de la Universidad Católica del Uruguay (UCU) mostró que en la antesala de la competición de 2019, 67% de los atletas que representaron a nuestro país mostraban síntomas de agotamiento emocional, una de las tres dimensiones que se tienen en cuenta al diagnosticar clínicamente burnout.

Verónica Tutte, doctora en Psicología del Deporte y directora de la maestría en esta área que ofrece la UCU, señaló a El País que el relevamiento es “prácticamente un censo”, ya que la muestra abarcó a casi todo el universo de competidores.

Una posible definición del burnout es la de estrés crónico, “que de alguna manera consume la motivación de las personas”, pero aun así continúan cumpliendo con la alta exigencia. Cuando se llega a ese punto, debe ser considerada una enfermedad psiquiátrica que genera “daños irreversibles”, según la especialista.

En menor medida también se registró un alto porcentaje de las otras dos dimensiones con las que se detecta este síndrome, que recién en 2022 fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad profesional. Por un lado, la UCU detectó en 52% de los atletas “despersonalización”, un factor que refleja cómo se vinculan con sus entrenadores, equipos y el entorno profesional en general. Y por otro lado, 17,4% mostró un bajo sentimiento de realización personal, el tercer pilar del burnout.

Rodríguez fue una de las 121 atletas que participaron voluntariamente del estudio, de un total de 142 deportistas clasificados a los Juegos Panamericanos de 2019, que se disputaron en Perú.

“Como en muchos otros estudios -indicó Tutte- vimos que los diagnósticos de burnout total, de deportistas ‘quemados’, son muy pocos: alrededor del 5%”.

No obstante, este bajo número tiene una contracara: cuán difícil es el diagnóstico. “Los deportistas tienen que presentar sintomatología en las tres dimensiones. Y en general no tienen las tres, sino que tienen síntomas en una o en otra, por lo que no podemos hacer el diagnóstico, pero sí decir que comenzaron el proceso de enfermarse”, advirtió Tutte.

El estudio ni siquiera contempló a los atletas que hicieron el mismo esfuerzo que quienes clasificaron pero no alcanzaron el objetivo, por lo que “es muy probable” que haya más deportistas afectados.

Para agravar la ya delicada situación, el deportista por lo general no es capaz de identificar qué le está pasando. Para la docente de la UCU, “esa es una de las características más peligrosas”. A modo de ejemplo, señaló: “Me siento mal, tengo menos energía, me motiva menos la actividad, pero no logro darme cuenta de por qué. Entonces lo adjudico a situaciones que son ajenas, como que no estoy comiendo bien, y sigo con mi rutina”. Es decir, los atletas “no logran darse cuenta de qué es la propia experiencia del deporte” la que está generando la sintomatología.

“Es como si el deportista colocara el dedo en una hornalla encendida”, ilustró Tutte. Quien no sea consciente, “sentirá el dolor, pero lo dejará hasta que se ampolle”. En cambio, el que tenga otras herramientas -como resiliencia, optimismo o una red de contención potente- “verá que algo está mal y lo sacará”. El estudio muestra que cuando los deportistas tienen mayores niveles de resiliencia y optimismo, “disminuye significativamente” la posibilidad del burnout. “Por eso es importante trabajar las estrategias para saber manejar la adversidad”.

“Todos somos agentes de prevención”

Tutte está inmersa en el mundo de la psicología del deporte desde principios de los 2000, cuando se tuvo que ir a España porque aquí no existía formación en el área. Al regresar al país, además de vincularse con la Universidad Católica del Uruguay, comenzó a trabajar en el Club Nacional de Football, donde -según dijo- al principio era vista como un “bicho raro”, pero luego se fue institucionalizando la práctica, con psicólogos para las formativas y el equipo principal. Hasta 2021 coordinó un equipo interdisciplinario, pero desde que asumió como coordinadora de la maestría se desempeña como asesora.

A su entender, más allá de que ahora la Conmebol exija que los clubes cuenten con profesionales de la salud, esta práctica nunca fue una “pérdida de tiempo”, sino una inversión.

“A la larga permite que durante muchos años trabajes con un deportista y, más allá de que sea muy exigente, va a tener los recursos emocionales y contextuales para saber manejar los momentos difíciles”, señaló.

“Si lo llevamos a la salud pública, pensemos qué pasa si trabajamos en la prevención de este síndrome (el burnout, o estrés crónico) tan potente. ¿Cuánto menos recurrirían las personas al sistema de salud por estrés, trastornos de ansiedad y de sueño o somatización? Si trabajamos en la prevención, las consecuencias se van a ver muy rápidamente”, agregó. Para Tutte, se debe entrenar a terceras personas -desde el entrenador hasta los familiares de los deportistas- para que sean “agentes de prevención”, de forma tal que el burnout no se detecte de forma tardía.

Si bien en el ámbito del fútbol varía mucho cuánta importancia le da cada club a la disciplina, según la especialista hay mayor consciencia sobre su importancia que en años atrás. En primer lugar, por las cifras “alarmantes” de depresión y ansiedad en este deporte. Pero, además, porque es un reclamo que ha instalado la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales. Desde el gremio, ofrecen un abordaje clínico para los jugadores que lo demanden.

Mutual de Futbolistas
Fachada de la sede de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP), ubicada en Av. Gral. Rivera 2392, Montevideo.

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