«Siempre hay que estar con los pies sobre la tierra».
Desde Malta, ya que integra el cuerpo técnico de la selección mayor de ese país que enfrentará tres partidos en los próximos partidos, Guillermo Giacomazzi charló con Otra Cabeza. El mediocampista surgido de las inferiores de Bella Vista, con pasaje por Peñarol, partió a Europa rumbo a Lecce y allí encontró su lugar en el mundo. Jugó una enorme cantidad de temporadas en el club, además vistió las camisetas de Palermo, Empoli, Siena y Perugia, y después del retiro ha estado vinculado a grupos empresariales de representación de jugadores, ahora es entrenador. Estos son algunos de los conceptos que dejó en diálogo con 2 de Punta:
El ex volante recordó sus comienzos en el papal, y sus primeros pasos en primera división: «Llegué a Bella Vista desde Defensor Sporting donde jugaba de centro delantero o de puntero derecho, hacía goles y era muy chiquito. En el papal también me costó, a los 15 pegué el estirón. Duarte me hizo debutar con 17 años en la B y fue de 5, a los pocos partidos pasé de volante por derecha o por izquierda. Después vino Julio Ribas y me dio más la chance de ir al ataque. Quiero llevar a mis hijos al Nasazzi, al Estadio, no solo ir a Punta del Este o un Shopping, siempre hay que estar con los pies en la tierra y no pensar que porque después te metiste dos monedas en el bolsillo sos otra persona. Ese valor me lo dieron mis viejos, para respetar y saber de dónde viene uno. Hace poco me encontré a Julio en un amistoso de Malta ante Gibraltar, le hicimos una vídeo llamada a Diego Alonso, fue un lindo momento».
De Bella Vista pasó a Peñarol, y el carbonero es otro mundo: «Cuando uno tiene la chance de cumplir el sueño de ponerse la camiseta tan pesada de un club como Peñarol sabe que el cambio será grande, es mucha responsabilidad. Estuve prácticamente un mes y medio en el cuarto con Bengoechea, Julio lo hizo adrede, puso a uno joven con el capitán, Pablo me dijo tres o cuatro cosas y me dejó en claro todo. No tengo ni media palabra negativa con el, fue un ejemplo de futbolista y capitán. Entendí lo que era Peñarol, ya lo notas rápido en la cancha. En Los Aromos tenia mi cuarto con Franco y Martín García. Al primer partido aprendí que a los 15 minutos había que ser vertical, en menos de 24 horas me di cuenta cuando te dicen esto es Peñarol. Debuté jugando de doble cinco con Bengoechea, me decía jugá con Tony o con Gaby cuando la tengas y después jugamos nosotros».
El pase a Europa fue a Lecce, donde jugó gran cantidad de temporadas, y donde se quedó a vivir: «La vida me llevó a Lecce que es donde vivo y donde tengo la cosa más linda que es la familia. Fueron muchos años aquí, fuimos campeones en la B y nos salvamos del descenso varias veces que es como ganar campeonatos. Con Chevanton dejamos una imagen muy linda, el tiene récord de goles en un año y yo de presencias en Serie A. Pasamos muchas situaciones de vida no solo de fútbol. Aquí vivo muy tranquilo, te paran en la calle personas que no son de acá y andan en la Ciudad. El del sur de Italia es muy fanático y se siente identificado con sus equipos. Estoy hace unos meses en el cuerpo técnico de la selección de Malta, en los próximos días jugamos tres partidos por las eliminatorias. Después de dejar de jugar trabajé en una agencia de representación».
Guillermo reflexionó sobre los sacrificios hechos por el y su entorno: «Cuando uno mira para atrás se acuerda del esfuerzo y sacrificio de muchísima gente, familiares, de toda la energía que le puse para poder hacer una carrera futbolística más allá del nivel o la calidad. Para llegar al objetivo y al sueño todas las personas tienen que hacer mucho esfuerzo. La mayoría de los chicos tiene el sueño de llegar a un nivel importante en el fútbol pero hay que saber que el porcentaje es muy bajo. Hoy le digo a mi hijo que juega en Lecce y tiene 13 años que se divierta, más adelante el va a saber si por condiciones se la puede jugar en esto, nació en Italia y es loco por la selección uruguaya. Acá también pasa eso de ser hijo de, es un derecho de piso que tiene que pagar y le sirve para su personalidad».