Omar Pérez: «Siempre miraba para el Estadio y soñaba con jugar ahí»

El «Loco» tuvo una extensa carrera profesional, donde vistió varias camisetas del fútbol uruguayo dentro de las que se destacan las de Nacional y Peñarol, también en el exterior jugó en varios países como Argentina y Rusia, en el final de su carrera llegó a San José para primero defender a Tito Borjas y luego a Río Negro donde fue campeón. En la mañana de Otra Cabeza charló con 2 de Punta y estos son algunos de los fragmentos de lo que dejó:

«Siempre miraba para el Estadio y soñaba con jugar ahí, eso lo sentí. Jugando Central Español escuchábamos a la gente en el estadio de Peñarol o Nacional según quién jugaba ese día. Soy hincha de Peñarol de toda la vida, terminaban mis partidos en el Palermo y me iba para la tribuna del Estadio con la hinchada de Peñarol. Siempre se sueña con jugar en un grande y yo jugué en los dos. Era muy joven cuando fui a Nacional, no estaba identificado como más de grande con Peñarol, no me conocía nadie, siempre nos dimos un gran respeto. Hoy le digo a mi hijo que está en Danubio AUFI que tiene que ser hincha de lo que hace, que no te podés identificar con nadie porque nunca se sabe las cosas de la vida, es tu trabajo cuando sos profesional. Lo único pendiente fue jugar en la selección mayor, después viví de todo en el fútbol».

«Nos enfrentamos varias veces con mi hermano Diego, jugamos en una zona del campo similar, el de 5 y yo de mitad de cancha para adelante, siempre algún contacto o alguna llegada tarde. Tengo una cicatriz en la rodilla de un pisotón de el, fue en el Franzini con Central ante Defensor, me dijo que no me vio, yo le dije si yo era invisible que no me había visto, me pisó todo, me pasó por arriba. Siempre hablamos de eso y le muestro la marca. En un Nacional contra Defensor de noche también, paré una pelota que venía por aire y me movió toda la estantería, me llevó todo puesto. Eso el lo fue mejorando, esperar un poco más al rival, antes iba al bulto. En la semana previa a esos partidos hablábamos mucho de porqué zona iba a jugar cada uno para ir por el lado contrario».

«Central Español es mucho en mi carrera, es del barrio, la mayoría de mi familia es de Central como el caso de mi padre o mi tio. Me inicié ahí, de ahí fui a la selección juvenil. Tuve varios pasajes y lo tengo muy presente, le tengo un gran respeto y cariño. Es un club que tiene que estar en la A. Antes de Central jugué Baby en el Enrique López que es de acá del barrio, también jugaba al básquetbol en Atenas, ahí empezó todo. Cuando mi vieja me dijo que me defina por una de las dos cosas yo le dije el básquetbol porque lo veía más dinámico y tenía más amigos, pero me dijeron que jugara al fútbol. Vivo en el barrio Sur y Palermo, el A B C del barrio es fútbol, básquetbol y tambores. Ahora para los chicos cambió todo, es otra vida. Antes era rambla a bañarse, y deportes, fue lo que hice siempre».

«Miro todos los partidos, voy aprendiendo y tomando apuntes. Ya pude estar en dos clubes como entrenador y miro para atrás viendo las cosas que se hicieron bien y mal. Es bravo, no tengo empresario y tampoco soy de llamar, estoy sentado en casa esperando que me llamen y creo la sintonía no es por ahí. No soy de mostrarme, tengo perfil bajo. El fútbol hoy es resultado, si no tenés resultados en cuatro o cinco partidos está en duda tu continuidad. Cuando pita el de negro son los jugadores en el campo de juego, yo llego hasta ahí. Vos podés dar tu idea pero depende del nivel del jugador que tengas. Me fui juzgando a cada momento como técnico. Diego mi hermano quiere ser mi dos, pero para conseguir club creo es mejor que el sea el uno y yo el segundo de él.. jaja».

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