«Me gusta que el jugador trabaje y luche, que no de una pelota por perdida»

Como jugador se inició en Basáñez y tuvo un recordado paso por Peñarol, en Uruguay ya cerca del retiro además vistió la camiseta de Miramar Misiones. En Europa jugó en varios países, en Inglaterra para el Birmingham y en Suiza para el Lausanne, el país donde más jugó fue España donde defendió a los siguientes clubes: Deportivo La Coruña, Mallorca, Espanyol, Osasuna, Villareal y Atlético Baleares. Hoy ya como entrenador tiene dos clubes en su curriculum en primera división, el Lorca español y el Dibba Al-Hisn en Emiratos Árabes. Así charló en 2 de Punta en la mañana de Otra Cabeza:

El «Rifle» habló de sus inicios: «Nosotros nos hicimos jugadores en la calle, jugábamos con gente más grande y te ayudaba. De chiquito le pegaba igual con las dos piernas, me lo enseñó mi padre. Era 5 y hasta zaguero en Wanderers en Baby y Formativas hasta ir a Basáñez, debuté en Primera con la 10 en Jardines ante Danubio jugando un poco más adelantado, ese año descendimos y al año siguiente Hebert Revetria me puso de delantero. Jugué muy bien, me fue espectacular, casi me ficha Nacional y al otro año me lleva Peñarol. Jugaba en primera y trabajaba 12 horas, había nacido ya mi hijo Nicolás, pensé en no seguir. Fui guardia de seguridad, trabajé en una empresa de recolección de basura por las noches, hice mucho esfuerzo. Mi familia fue clave para que continuara jugando. Tuve la suerte de tener al mejor representante de la historia del país Paco Casal».

Su grupo de amigos fue clave y lo acompañó siempre: «Siempre tuve buenas amistades y eso es fundamental. Fui un poco el cabecilla de cinco amigos maravillosos de toda la vida y eso te marca. Nunca me gustó tomar, nunca fumé e intenté que ellos fueran igual, ellos salían los fines de semana y yo me quedaba en casa. Son mis hermanos, ni bien llegué a España me los traje a todos, vivieron conmigo más de 12 años y alguno todavía sigue por aquí. Les hice los papeles, les di casa, trabajo y auto al que sabía manejar y moto a otro. Venían a la práctica, viajaban a partidos de Champions, vieron toda mi carrera. Tuve mucha fortuna de tener los amigos que tengo, jugábamos de chicos en el fondo de mi casa, todo el día fútbol. Todos tienen que ver con mi carrera, me levantaban centros y yo le daba al arco, ayudaban a mejorar al Chiqui como me dicen a mí».

Hoy es entrenador, el cambio desde el jugador fue sencillo: «Se me hizo fácil iniciar como entrenador, me retiré con 40 años, ya con 35 lo vivía como técnico, analizaba de otra forma los partidos sabiendo que era la etapa final. Siempre por mi forma de ser tuve la suerte de liderar muchos vestuarios en varios equipos siendo capitán, muchas veces sin el brazalete, eso me ayudó ahora en esta nueva etapa para estar frente a un plantel. Ya tenía atrás charlas de grupo, indicaciones puntuales y momentos de levantar un poco la voz. En la última etapa fueron mis entrenadores Marcelino García Toral, Pochettino, en Suiza Fabio Celestini. Técnicos jóvenes y modernos que conocen el fútbol actual. Camacho en Osasuna era temperamental como soy yo, nos gusta que el jugador trabaje y luche, que no se de una pelota por perdida , así era yo como jugador, así quiero a mis equipos».

Uno de los sueños es volver al carbonero, ahora como técnico: «Peñarol es palabra mayor, hay que estar muy bien preparado, no se puede fallar y yo no quiero fallar. Quería como jugador serlo de Peñarol y ahora que soy entrenador quiero que se de esa posibilidad, estoy seguro 100% que se dará. Me tiene que agarrar lo más preparado posible, ahí tenemos que dejar la bandera bien en alto, hay que conseguir cosas, hace muchos años que no se logran cosas importantes, hay que hacer un trabajo impecable. Voy en la línea correcta, tengo casi 4 años como Entrenador y 2 a nivel profesional, el crecimiento esta siendo importante, sigo aprendiendo y me sigo formando diariamente. Me alegro que Peñarol le dio a Larriera la chance de continuar, se valora el trabajo del día a día y eso es fundamental, eso no había pasado con Forlan, me hubiese gustado verlo más tiempo. A los hinchas el no lograr resultados evidentemente nos pone nerviosos».

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