«Los utileros escuchamos, vemos y callamos»

Edgardo Di Maggio no es conocido, «Minguta» es un sobrenombre que está en el oído de la mayoría de los uruguayos, se trata de la misma persona y es el utilero principal de la selección uruguaya de fútbol. Con pasado como jugador de fútbol en OFI, donde llegó a integrar selecciones juveniles de Florida, se vinculó a la utilería promediando la década del 90 y se ha quedado hasta el presente. En diálogo con «2 de Punta» en Otra Cabeza dejó interesantes vivencias y anécdotas:

«Tengo contacto con muchos y hablamos seguido, una gran relación con el Mono Pereira. El loco Abreu el que más cosas tenía para un partido: las vírgenes, el agua bendita, la remera que usaba abajo de la camiseta, la muñequera, de todo. Hay jugadores que repetían zapatos por cábala. En el complejo en este proceso desde los juveniles los jugadores tienen que saludar a todos los funcionarios, somos todos iguales, hay más disciplina y todos tiran para el mismo lado. Cuando arranqué en la selección el utilero de la mayor era Walter Jaine y me dijo que que escucháramos, viéramos y calláramos, fue un aprendizaje para mí. Un día había una reunión en una habitación entre algunos jugadores, yo me levanté para salir y Godín me dijo que me quedar, que yo era uno más del grupo».

«A lo primero veía los partidos en el banco de suplentes, cuando viajaba sólo, ahora que vamos dos utileros o más lo miro desde los plasmas en el vestuario. Las tres camisetas están lindas pero de alternativa me gusta más la blanca que la roja. En un amistoso de la mayor con Argentina en Italia me olvidé en el hotel de las canilleras, hablé con Lugano que era el capitán para contarle, les hice canilleras con caja de zapatos cortando los cartones y ninguno me hizo problema. Al otro día organizado por Abreu me hicieron pasarela en la práctica. Siempre cuatro horas antes del partido la utilería tiene que estar en el vestuario del Estadio, aprontamos todo y tomamos algunos mates, uno de mis compañeros viene más tarde con los jugadores por si nos olvidamos de algo».

«A Sudáfrica fuimos con dieciséis juegos de camisetas celestes y catorce blancas, más otras para algún regalo durante el torneo. Nosotros cambiamos camisetas con utileros de otras selecciones y también el cuerpo técnico como los jugadores, los jueces, delegados y veedores piden. Recuerdo el día del partido ante México cuando el golpe del ruso Pérez en la cabeza, por la sangre ese día usó tres camisetas y una me dijo que me la quería dar a mi, que yo era como un segundo padre para el, eso me marcó mucho, La imagen que se divulgó con Luis Suárez en Brasil fue en un momento difícil, nadie se esperaba que lo sacaran así del Mundial, le mandé un mensaje por los 500 goles y me respondió enseguida».

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