FUPHO sorteó apartamentos: restan detalles para lograr la inauguración
El jueves por la noche se vivió para FUPHO una de las instancias más memorables en cada cooperativa de viviendas del país, ya que se realizó el sorteo de casas entre los 50 socios que vienen construyendo a la altura de calle Jaime Zudáñez 752, que ahora pasaron a tener dueño. El modelo de construcción marca que cada familia cooperativista debe cumplir con determinadas horas en la obra (84 mensuales), a lo largo de la mayoría del tiempo sin tener conocimiento de cual será el apartamento que ocupará, en el caso de “Familias Unidas Por un Hogar” tal proceso tuvo una duración de prácticamente tres años (el acta de inicio de obra se dio el 10 de mayo de 2019).
El complejo está estructurado con dos grandes edificios de cuatro pisos (con cinco apartamentos de cuatro dormitorios, quince de tres, y treinta de dos cuartos), además cuenta con el clásico salón comunal de cada cooperativas de vivienda en Uruguay, y se encuentra afiliado a Fucvam (Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua).
Karina Pérez, una de las socias, y vocera del consejo directivo, indicó minutos antes de que se realizara el sorteo que “todo lo que tiene que ver con la construcción dentro de los apartamentos está finalizado, aunque quedan detalles de la obra como es la caminería interna, y finalización de obra”. Resta aún la conexión a servicios, que se estima pueda ser lo que tome más tiempo de ser conseguido: “se están realizando los trámites para conseguir las autorizaciones, nos encontramos cumpliendo con todo lo que es burocrático, es lo que hace falta”.
FUPHO tuvo sus primera reuniones casi años atrás, en el 2004, y en el 2006 se constituyó oficialmente , debió recorrer el largo camino que lleva a los sorteos, finalmente conseguir el préstamo y luego entrar en etapa de obra. En tal sentido Pérez destacó el nivel de organización que se requirió, a lo largo de muchos años, para llegar al punto que se ha alcanzado en este momento: “la trayectoria fue muy largo, en particular los años de construcción se sienten por parte de las familias, porque cada uno de nosotros debió postergar ciertas cosas de nuestra vida personal para poder llegar a este cometido. Los integrantes del consejo directivo hemos tenido un muy buen vínculo y eso ha sido importante”.
Se estima que en lo que queda de febrero podrán culminarse los detalles de obra anteriormente nombrados, para que luego la Intendencia de San José realice la última inspección, y habilite la inauguración tras la cual las familias podrán comenzar la mudanza.
Pionera: Karla Guerra es la única socia que va quedando desde los inicios del proyecto en el 2004, se trata de la socia 96, de un número total que alcanza los 445, aspecto que marca la gran movilidad que ha existido de integrantes de la cooperativa (las viviendas son 50). Consultada por Primera Hora, y aún emocionada tras el sorteo, indicó que “estoy desde la fundación, inicié en 2004 cuando comenzaron las reuniones, podría tener un número más bajo de socio pero era la que anotaba a las familias y me fui olvidando de mi misma, me quedó el 96 y el siguiente es el 321. Haber podido hacer el sorteo fue muy emocionante, se trata de un día que estaba esperando desde hace mucho tiempo, estuve siempre empujando para que saliera”.
Lo que hoy es un hecho concreto, de acuerdo a su relato varias veces estuvo a punto de quedar por el camino: “la cooperativa tuvo dos o tres momentos en los que estuvo a punto de disolverse, la gente se iba porque no se avanzaba, por ejemplo en cuanto a la búsqueda del terreno, los socios se decepcionaban ante cada negativa. En una ocasión en particular éramos siete socios reunidos con el arquitecto y la escribana, se trabajó para que en la siguiente fuéramos más o se liquidaba, y en la instancia posterior éramos treinta y cinco”. El terreno en el que hoy en día están ubicados los apartamentos se comenzó a investigar en 2016, anteriormente había una curtiembre, por lo que “hubo que analizar si había plomo o cianuro, el resultado favorable del laboratorio fue clave para firmar el boleto de reserva que se pagó con dinero que teníamos guardado, en el tercer sorteo logramos acceder al préstamo y se comenzó primero con la limpieza y después de terminada con la construcción en sí misma”.
Al respecto de la etapa de obra Guerra destacó el trabajo de todos los socios, y la labor del capataz de obra: “ver crecer la construcción paso a paso ha sido increíble, que los habitantes de la ciudad te destaquen que se ve de todos lados, nos ha dado mucho ánimo. Los oficiales resolvieron todo muy bien siempre, al capataz lo fuimos a busca a Florida porque tenía experiencia en otras cooperativas y lo hizo notable. La mayoría de las familias son encabezadas por mujeres, todas hemos hecho de todo, se puso mucho empeño para en casi tres años sacar la obra adelante lo más rápido posible”.