«En la selección desde el primer día me hicieron sentir como en casa»

Fernando Gorriarán fue parte del grupo de selección mayor que encaró la última doble fecha de eliminatorias y la posterior Copa América, ya en su retorno al país y antes de volver a México donde actualmente juega para Santos Laguna, charló en la mañana de Otra Cabeza con 2 de Punta:

«Jugué en Stockolmo en el Baby, era puntero derecho, era un Facu Torres pero derecho. Soy del Prado, después del fútbol infantil pedí a mi padre para ir a River Plate, me quedaba cerca. Me quedaba lejos el Complejo Colón, dos ómnibus y 30 minutos a pie con los compañeros. River Plate para mí es todo, me formó como jugador y persona, me dio las armas para defenderme. Me gustaría volver, es una cuenta pendiente ganar algo con el Club. Debuté en Primera en un partido ante Peñarol, ganábamos 1 a 0 cuando Guillermo Almada me sacó y perdimos 2 a 1, siempre se lo recuerdo, ese día me levanté muy temprano, estaba muy ansioso. Si hoy en día soy lo que soy, también es por River Plate. Me dieron la chance de irme en el momento justo, yo me quería ir del Club y dejarle algo económico que fue lo que pasó».

«Cuando te llaman para ir a entrenar a primera lo tenés que aprovechar, me pasó cuando me daban la chance. Ahí tenés que jugar simple y no hacer cosas que no sabes. El último día de la primera pretemporada me habían dicho que volvía a cuarta, después de la práctica me dijo Almada que quedaba. De todos los técnicos aprendes, tuve grandes entrenadores, tuve la suerte de jugar con todos. En formativas me ayudó mucho Edgardo Adinolfi. Guillermo ni que hablar, Cuello, Juan, Aníbal, de todos sacas algo, sacando un poco de cada uno, uno se potencia. Nunca pedí explicaciones si jugaba y tampoco preguntaba si no jugaba porqué no jugaba, nunca lo voy a hacer. Cada técnico tiene su idea, uno se tiene que adaptar y hacer lo que le piden, si lo haces siempre vas a jugar con el».

«Es un momento muy feliz de mi vida en lo deportivo, poder estar en la Selección es el sueño de todo niño en Uruguay. Poder compartir prácticas, vestuarios, charlas, y el día a día con esas figuras es algo único y lo disfruté mucho. Desde el primer día me hicieron sentir como en casa. Desde que llegué vi la calidad de personas del plantel, son todos muy humildes, es un grupo increíble. Ir al Complejo te hace muy feliz. Voy a seguir trabajando para poder seguir viniendo. Fue muy bueno conocer al Maestro, su ideología, pensamiento, aprendí muchas cosas que me ayudarán para mí futuro. Es muy importante escuchar y aprender de ese tipo de personas. La imagen de el marca mucho, significa mucho para todos los uruguayos. Ver el respeto que el mundo tiene hacia el es increíble».

«La medalla de Oro de Toronto 2015 está en casa de mis padres. Fue hermoso por como se dio todo, casi no nos conocíamos con el plantel, solo de ser rivales y se formó un grupo increíble. Entrenamos dos semanas, césped sintético, era inimaginable lo que iba a pasar después. El partido con Brasil fue algo histórico, fueron momentos únicos. Entrar hace poco al Complejo Celeste y ver ese mural donde está uno te genera orgullo y una felicidad tremenda. Le saqué una foto y de las mandé a mis hermanos, les dije que cuanto ellos metan una foto así en el Complejo me avisen. Lozano que había estado antes que yo en el Complejo ya me había dicho que estaba ahí. Una persona sin sueños no puede vivir, ahora me gustaría estar en la lista de setiembre para las eliminatorias».

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