«Conozco bien los sacrificios que hay que hacer en el fútbol»

Carlos María Morales charló con 2 de Punta de su pasado como jugador y presente como entrenador, la vida futbolística lo llevó a distintos países como goleador, y lo tiene actualmente como técnico en México. En la mañana de Otra Cabeza esto dijo:

El delantero contó su historia desde los inicios: «Me fui a los 9 años del Ciclón del Cerrito a River Plate porque me dieron los útiles para la Escuela y el Liceo para mí y mis hermanos, el gran pocho a quien quería mucho en el Ciclón por gol me daba un Pancho y una coca, me dio lastima irme. Era 8 con gol, fui 9 cuando llegué a Primera. A mi papá le daban en el trabajo entradas para el Estadio, íbamos juntos sábados y domingos, mis ídolos eran Carrasco y Morena, cuando debuté en primera de River Plate Juan jugaba conmigo y Fernando era el Técnico, fue algo soñado. Jugando en primera trabajaba a la noche en la Asociación Española limpiando pisos. Jesús Rodríguez fue el técnico más grande que tuve, fue en todas las formativas de River. Tengo los principios y los valores por sobre todas las cosas».

Fueron enormes los sacrificios que debió realizar para cumplir su sueño: «A los 15 años trabajaba en el mercado modelo para ayudar a mis padres y estudiaba, le dije a mi padre que me diera dos años libres en el liceo para intentar cumplir mi sueño de ser futbolista, y a los 17 me ascendió Morena. En algunas oportunidades buscando ese sueño no tenía para el boleto y caminaba desde mi casa al Saroldi, 69 cuadras para ir a entrenar, y en algunas oportunidades ida y vuelta, las conté toda mi vida esas cuadras. Volvía a mi casa como a la 8 de la noche, me acostaba y a las 4 de la mañana me iba al mercado a trabajar cargando cajones. Conozco bien los sacrificios que hay que hacer en el fútbol, para seguir tus sueños los tenés que hacer. Varios compañeros como Ariel Krasouski y Carrasco me regalaron zapatos cuando llegué a primera, mi hermano también me ayudaba y me compró».

Carlos María eligió un trío de mejores momentos en el fútbol: «Tres momentos que marcaron mi carrera fueron el día que debuté ante Peñarol en el Estadio donde no pude dormir en toda la noche previa, el partido con la Selección ante Costa Rica en el 2001 donde hice un gol y se lo dediqué a mi padre que había fallecido un año antes y le había prometido jugar con la celeste, y el día que jugué en Wanderers con mi hijo ante Peñarol. Esos tres momentos significaron mucho. A la Selección la realidad es que me llevó la gente, en ese momento faltaba gol y me llamaron, los minutos que jugué los disfruté, los valoré y los defendí a muerte. Siempre seré agradecido de esa oportunidad, era el único jugador de la selección que no tenía representante y eso pesó, las cosas las dije de frente en la interna y con un testigo a la persona que creo se equivocó y eso quizás me costó no estar más en la Selección».

La actualidad lo tiene como entrenador de formativas en el León de México: «Estoy como Entrenador de la sub 17 del León y con las otras categorías trabajando especifico con los delanteros. Acá tienen mucha técnica y calidad, son fuertes en la dinámica. Cambiamos un poco la cabeza para qué supieran que podían competir y pelear los torneos, trabajamos en lo mental. De los 25 jugadores vienen 18 en su auto y a los otros los traen sus padres, casi todos tienen empresarios, es difícil meterles sueños. Sería la mezcla perfecta la técnica y la economía del fútbol mexicano con la ambición y el hambre del futbol Uruguayo. Desde la primera para abajo se trata de mantener la misma idea de juego, conozco mucho de jugar contra el a nacho Ambriz que es técnico de la primera. León es el equipo que juega mejor al fútbol en los últimos años, es el actual campeón».

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