Colonia de Vacaciones de Raigón podría reabrir en abril
Días después de que se cumplieran dos años de la llegada de los primeros casos de coronavirus a Uruguay, muchas son las actividades que ya se realizan con normalidad, buena parte de los lugares que los pobladores del país frecuentaban ya están de puertas abiertas, y la Colonia de Vacaciones de Raigón del Banco de Previsión Social podría engrosar tal número en los últimos días de abril. Desde marzo del 2020 los habitualmente asistentes (esencialmente niños y ancianos) no han podido retornar al espacio, se estuvo cerca en enero de este 2022 pero el recrudecimiento de la pandemia con la llegada de Ómicron abortó lo que parecía ser un hecho, cuando incluso ya había grupos que habían reservado su lugar.
El Jefe de Programa de Recreación del lugar, Daniel Chacón, informó a Primera Hora que la vuelta del público se espera pueda darse pronto, ya que las autoridades del lugar vienen terminando de diagramar un protocolo que toma en cuenta las actuales circunstancias sanitarias, que será evaluado por el directorio del BPS a fines de este mes, y la expectativa es que la respuesta sea positiva: “aún no hemos podido abrir las puertas al público desde que comenzó la pandemia, al día de hoy estamos elaborando una vez más un protocolo que toma en cuenta las condiciones actuales, ya lo hemos hecho en otras oportunidades en otros momentos de los últimos dos años pero nunca pudimos pese al esfuerzo recibir personas. Sabemos que en este mes de marzo no vamos a reabrir, pero a fin de mes las autoridades del BPS van a analizar el aspecto sanitario de Uruguay y el protocolo que le vamos a enviar, ellos definirán si se abre o no.
Si la respuesta es positiva, empezaríamos a hacer las reservas que siempre llevan un mínimo de 15 días ya que tenemos que avisar que está la posibilidad a los grupos, y ellos deben hacer sus listados. Si se permite el funcionamiento desde el 1 de abril, seguramente los primeros grupos lleguen sobre la tercera semana de ese mes”. De acuerdo con lo expresado por Chacón, dicho documento tiene como base el tomar recaudos al respecto de los aforos, y del contacto entre grupos que convivan al mismo momento en el lugar. El cupo máximo en época prepandemia era de 200 personas contando funcionarios (120 adultos mayores, entre 50 y 60 niños), mientras que en esta oportunidad se comenzaría de acuerdo a lo que se propone en el protocolo con un entorno de 80: “la intención es poder controlar la cantidad de personas, sobre todo en espacios de uso común como puede ser el comedor o los salones de eventos, también en las cabañas que son de uso compartido, buscando reducir quienes estén a un número menos para evitar las aglomeraciones. Apuntamos a un público como es el de adultos mayores que se sabe es de riesgo con la enfermedad, por eso el especial cuidado, otro aspecto es que se procura el contacto entre ellos y el otro importante sector de población que llega al lugar que es el de los niños y niñas de escuelas, por razones que son obvias”.
Dos años de freno: A lo largo de los dos años en los que no se recibió al público, el personal que allí trabaja en algunos casos ha seguido cumpliendo sus labores, con la virtualidad como importante instrumento, y otras tareas que requieren de presencialidad como es el mantenimiento se han hecho con normalidad: “entre marzo y abril de 2020 estuvimos en nuestras casas, trabajando desde ahí. Posteriormente comenzamos a volver al lugar, para cumplir nuestras tareas. En el caso del mantenimiento se pudieron hacer trabajos que no se podían hacer cuando se recibían personas todas las semanas, se apuntó a reformas más profundas. Quienes nos dedicábamos a la atención a quienes aquí llegaban para hospedarse, hemos trabajado mucho en virtualidad, a través de la plataforma Zoom. Se hicieron talleres de diferentes temáticas, coordinando con profesionales que trabajan dentro del BPS, también se organizan ya desde hace mucho tiempo actividades recreativas con una linda experiencia en la que la dificultad del acceso a la tecnología en los adultos mayores nos ha limitado en cuanto a número de participantes, profesores de educación física que aquí se desempeñan por convenio con Secundaria han elaborado propuestas vinculadas al deporte y yoga también con la pantalla como aliada”. Otros trabajadores del lugar, como son quienes proveen el servicio de cocina, enfermería o guarda vidas en la piscina han pasado al seguro de paro, y hasta el momento permanecen en esa situación.
La reapertura es esperada no solo por los funcionarios, sino también por los propios usuarios, que cuando se estuvo cerca de abrir en enero habían mostrado interés, y lo vuelven a hacer en la actualidad. Chacón ahondó en el detalle con respecto a quienes se encuentran en la tercera edad: “hay mucho interés, sobre todo por parte de los adultos mayores, en las actividades de Zoom la pregunta es permanente y el teléfono no para de sonar con consultas. Nos dicen que quieren volver, que están extrañando, es un lugar muy querido por ellos, hay un sentido de pertenencia bastante grande. Hemos notado que últimamente las salidas son más seguidas, tenemos contacto permanentemente con clubes de abuelos o asociaciones de jubilados y pensionistas que están yendo a otros lados, y quieren comenzar a venir”. Niños y niñas, otro de los públicos habituales, también quieren llegar: “las escuelas también están mostrando interés, cuando venga la autorización sabemos que los chicos y chicas van a estar”.