Chevantón en Otra Cabeza: pasado y presente de un gran goleador
Ernesto Javier Chevantón fue referente del fútbol uruguayo a lo largo de la primera década del siglo 21, tras surgir de Danubio donde fue goleador Uruguayo partió a Europa donde jugó entre otros clubes en Sevilla, Mónaco, Lecce, Atalanta y Queen Park Rangers. En su retorno al país se retiró en Liverpool y antes pasó por Colón de Santa Fe. Este miércoles por la mañana charló en el programa «2 de Punta» de la plataforma Otra Cabeza de su pasado y presente en el que es entrenador de los juveniles del Club Lecce donde es considerado uno de los últimos ídolos.
Los comienzos se dieron en el departamento de Colonia, y luego llegó al elenco de Maroñas: «El fútbol infantil lo hice en Reformers de Juan Lacaze, me destacaba y jugué en selecciones locales. En Montevideo fui a la sede de Rentistas para ver si había lugar y estaba cerrada, después con mi padre nos acercamos a la sede de Danubio en el 195 y al otro día metí tres goles en la práctica. No conocíamos ninguna calle al ser del interior, pero llegamos al lugar de entrenamiento».
Chevantón destacó la alegría por la carrera realizada con párrafo aparte para haber vestido la camiseta celeste: «No me lamento de mi carrera, fue muy buena, en una de esas pudo ser mejor. Tuve la suerte de siempre definir donde ir a jugar y no ir a un lugar porque no había otra opción, eso me deja tranquilo y feliz. Siempre aprendí de los más grandes que me ayudaron a crecer como jugador. En Sevilla logramos títulos y metí goles importantes, en Mónaco también me fue bien y me recuerdan. Me hice querer como persona en todos los clubes donde jugué y eso es importante. En Italia y más en general en Europa jugué contra los mejores jugadores, antes del retiro jugué contra Messi y Ronaldo. Jugar para la selección y hacer un gol no tiene precio ni explicación, hacerlo en el estadio con todos hinchando por vos es increíble. En mis últimos partidos con Uruguay me dijo Suárez que jugaba a relatar que era yo y ahora estaba comiendo con el en la concentración».
El presente del ex delantero lo tiene en una de las ciudades donde triunfó como es Lecce, tuvo tres pasajes por el club y anotó más de sesenta goles: «Acá me pasa seguido que me recuerden con mucho cariño, en la calle me piden fotos y autógrafos, hace siete años que me retiré como jugador y el afecto está latente. Me piden todavía que vuelva a jugar, los padres les dicen a sus hijos de mis goles y que se los van a mostrar por internet. Me dicen que físicamente estoy mejor que cuando jugaba, estéticamente estoy bien porque me gusta entrenar, el tema son los huesos y los tendones a los cuarenta años. Me gusta trabajar en formativas de Lecce que es lo que quería, estoy feliz. En algún partido del equipo Primavera del club el míster me hace jugar, algún día de humedad me molesta la rodilla derecha, no le puedo pegar a la pelota como antes».