Canguro Porta en Otra Cabeza: «Uno tiene la carrera que merece»

Richard Porta surgió en formativas de River Plate, club del que pasó a Siena de Italia, su aventura europea también incluyó a Belenses de Portugal. Jugador típicamente «trota mundos», el fútbol lo llevó a Emiratos Árabes donde en su pasaje por Al Wasl fue dirigido por Diego Maradona, también pasó por Independiente del Valle en Ecuador y Cèsar Vallejo en Perú. Nacional fue su punto alto en el fútbol uruguayo donde fue campeón, también vistió la camiseta de Cerro y Rentistas. En el último tiempo tomó relevancia pública su participación en Master Cheff famosos, donde llegó a la semifinal, instancia en la que el ganador fue Álvaro Recoba.

El «Canguro» realizó una evaluación de las generalidades de su carrera: «Siempre desde chico quería ser jugador de fútbol, sin saber con qué me iba a encontrar, tuve la fortuna de tener una carrera que nunca imaginé. Siempre dije que en el fútbol yo dejaría un granito de arena y me iba a destacar por alguna u otra manera, pude salir dos veces goleador en el fútbol uruguayo en dos clubes diferentes y eso no es poca cosa. Nunca lo imaginé pero con sacrificio, trabajo y la ayuda de los planteles donde estuve se pudo. En una de esas en el exterior uno pensó en más tiempo o en otros clubes pero no me arrepiento de nada, cada vez que extrañé me volví a Uruguay que es donde estaba feliz y cómodo. Uno tiene la carrera que se merece».

Hoy es entrenador de chicos, edad por la que el en algún momento pasó como jugador de formativas: «Nunca fui de reclamar jugar en formativas, siempre entrené y nunca me destaqué, era todo corazón. Cada uno puede hacer su camino y no depende si jugás o no un año en tu categoría , un año yo no jugué casi nunca y al otro fui goleador. Los chicos tienen cosas que te hacen pensar, ya no son los tiempos de cuando uno era juvenil. Uno quería aprender, pasar de categoría, que te mire el técnico de los más grandes, estar en alguna selección juvenil. Hoy tienen 14 años, tienen representante, miran fútbol europeo y tienen una película que no es fácil de llevar. La familia colabora muchas veces para eso y por eso evité hablar con los padres, yo les digo a los chicos que hay que dar pasos cortos y seguros, no tienen que saltear etapas, hay que tener conceptos básicos».

Hubo tiempo para recordar sus primeros años como profesional, el esperado pase, y la chance de jugar en Nacional: «Ya en primera pasaban los años y preguntaba al grupo Casal cuando me saldría el pase al exterior, me decían tranquilo que cuando seas goleador del Campeonato te vas, un día de madrugada me llamó Paco terminando el torneo con River Plate y me dijo que viajaba a Italia, ese día le había metido 4 goles a Defensor Sporting en un 5 a 1. Mi señora embarazada de mi primera hija me hacía aprender italiano, acá vivíamos en un apartamento prestado donde no teníamos ni para recibir gente, no había ropero, era la cocina y el cuarto, eramos sumamente felices. Todo lo que se vendría sabíamos que era ganancia, no teníamos ni el coche para la nena. Nacional me abrió la puerta para tener un nombre, jugar en un grande es muy lindo y hasta el día de hoy la gente me lo reconoce en la calle».

Fue compañero de Marcelo Gallardo, y en su nuevo rol de técnico lo ha visitado en River Plate: «Fui a ver algunas prácticas al River Plate de Gallardo, sigo en contacto con el. Fueron tres días en los que llegaba a la práctica a las ocho de la mañana y volvía al hotel a las diez de la noche, vi mucha organización y después del entrenamiento Marcelo trabaja mucho en la oficina mirando videos y planificando. Los jugadores se cuidan mucho y los entrenamientos son de calidad, más que ver que hacían en la práctica la idea es ver cómo se maneja ante el grupo: la idea, el pensamiento, como habla, y eso es lo que trato de poner en práctica».

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