Propietario del predio advierte sobre peligros de ingresar a Nueva Carrara
La Policía emitió un comunicado este martes en el que exhortó a la población a no bajar a la cantera de Nueva Carrara, ubicada en el departamento de Maldonado, a siete kilómetros al norte de la ciudad de Pan de Azúcar, ya que la propiedad no es una zona turística habilitada y la presencia de cientos de personas, como ocurrió en los últimos días, preocupa a los propietarios del terreno. Entre otras cosas, la Policía recordó que la zona no es apta para baños y que allí hay peligro de derrumbe y voladuras debido a la presencia de explosivos.
«Se exhorta a la población a no concurrir a la cantera para no incurrir en un delito previsto en nuestro Código Penal», expresó la Policía en alusión a la «penetración ilegítima en el fundo ajeno». El predio pertenece a la Compañía Nacional de Cementos, una empresa que en su página web se describe como explotadora de «yacimientos propios de piedra caliza de alta pureza». «Nuestra planta industrial y yacimientos se encuentran en la localidad de Pan de Azúcar, departamento de Maldonado. Fabricamos productos orientados a las áreas de construcción, química, agroveterinarios y medio ambiente», añade la descripción.
El lugar cuenta con un mirador habilitado, pero quienes deciden bajar a la cantera y quienes incluso deciden tirarse al agua son quienes corren riesgo de vida. Javier Maresca, gerente general de la Compañía Nacional de Cementos, dijo a El País que «la cantera está debidamente protegida» ya que «está cercada con carteles que dicen ‘propiedad privada’ y otros marcan los riesgos como ‘peligro de voladura’ o ‘derrumbe'». Sin embargo, expresó, «la gente ingresa como si no hubiera absolutamente nada».
«Existe un riesgo de desprendimiento de piedra de sus laterales o riesgo de derrumbe. De hecho se puede ver cómo hay una parte donde hubo importantes desprendimientos. En algunos casos hay zonas que no son firmes a causa de las vibraciones de las explosiones», continuó. El peligro de los explosivos es uno de los principales, ya que al costado de la cantera más visitada (que no está en actividad) hay una activa. «La empresa tiene todo un protocolo con alarma que suena durante 15 minutos antes de la explotación. Aunque se corta la caminería no tenemos forma de saber si hay gente oculta o no dentro de la cantera. Eso implica un riesgo muy importante y la gente no lo dimensiona, piensa que esto es una playa», señaló Maresca en declaraciones a Montevideo Portal.
El medio también consultó a Graciela Miller, integrante de la Red Ánimas, una organización que se define como de «turismo eco-cultural». Uno de los recorridos turísticos organizados por la Red Ánimas es, precisamente, por Nueva Carrara, y tras caminar varias horas se llega al mirador de la cantera. «Nueva Carrara es un pueblo, puede venir toda la gente que quiera porque es un pueblo, lo que nosotros estamos gestionando son senderos en lugares privados, que somos los únicos habilitados», explicó Miller. Con respecto a la popular zona, Miller dijo que «es el agujero de una cantera que no está en actividad en este momento, lo abandonaron hace algunos años, y hay uno pegado que sí está en actividad». A estos pozos, dijo, «no se puede entrar por tres razones». La primera, «porque es privado». En segundo lugar, «porque hay peligro de voladuras, de explosivos que han quedado sin detonar». Tercero, «por peligro de derrumbe, porque al estar activa la que está al lado, mueve todas las piedras». «En algún momento la gente pudo haber entrado ahí y que explotara algo o que se derrumbara alguna pared», explicó.
En cuanto al estado del agua, Miller desmintió que haya evidencia de que contenga sustancias tóxicas. «No hay un análisis, nadie puede decir cómo está la calidad del agua», apuntó. Sin embargo, recordó que «los peligros más grandes son los de derrumbe y de explosión». Miller dijo que en Nueva Carrara hay «muchas cosas para hacer» que no implican riesgos para la salud. En cuanto a este paseo en específico, dijo que «la mejor versión es desde abril en adelante», porque «las lluvias frecuentes» de esa época provocan que los pozos se llenen de agua.