«Los códigos no están escritos como los mandamientos, no se compran, es la vida»
Diego «Ruso» Pérez, símbolo de la exitosa generación del Mundial 2010 y la Copa América 2011, charló en la mañana de lunes en 2 de Punta. Fueron cuatro los clubes de los que vistió la camiseta: Defensor Sporting, Peñarol, Mónaco y Bologna, el gran recuerdo es vestido de celeste tanto en combinados de categorías formativas como mayores. Repasamos algunos de sus dichos en la propuesta matinal de Otra Cabeza:
Los inicios en la violeta fueron recordados en el inicio de la charla: «Fue una linda escuela Defensor Sporting, personas que las voy a recordar siempre, me ayudaron mucho y me formaron como persona y jugador. El club me dio todo, estoy eternamente agradecido, son mi familia en el fútbol. Desde ahí vino la selección juvenil y todo lo demás, siempre uno sueña con llegar, jugué pocos partidos en cuarta y un par en tercera, ya ahí me hicieron debutar en primera, se me dio muy rápido. Era Manuel Keosseian el entrenador, Tejera el guía y capitán adentro y afuera de la cancha, un señor con todas las letras, tenía experiencia en el fútbol y en la vida. Mi virtud fue escuchar y aprender de los demás, nunca imaginé hasta donde podía llegar, se fue dando y duró mucho tiempo».
El fútbol infantil, la vuelta siempre que se puede al país, y el hecho de entrenar a un chico ghanes se tocan en este párrafo: «Siempre me preguntan cómo hacemos los uruguayos para que salgan tantos futbolistas, me hablan de la garra charrúa, les habló acá de Tabárez que dice que nuestro fuerte es el baby fútbol. De chico jugaba los sábados al fútbol y los domingos al básquetbol en Atenas, mi vieja me decía que tenía que definir, menos mal elegí el fútbol. Cuando voy a Uruguay con la familia agarro mucha energía, mi hermano Omar me divierte y me tiene pensando en todo, te hace un popurrí en una semana que te dura cuatro meses. Siempre le digo que vamos a trabajar juntos, el de DT y yo de segundo. Lo que es el fútbol, soy entrenador de un chico de Ghana y hablamos de los penales en el mundial, tiene hambre de aprender y crecer. El otro día me ganó una tanda de penales y le dije que es así, un día gana uno y la próxima el otro».
El «Ruso» ahondó en el concepto de «códigos»: «Mi familia, mi cuñado, el barrio, nos dieron conceptos válidos de la vida. Nacer donde nací, escuchar a mayores en comidas con mi padre, todos me enseñaron a siempre respetar. Yo jugaba como jugaba en la cancha pero respetaba. Usaba siempre mi mayor potencial futbolístico para imponerme. Paolo Montero, Darío Rodríguez me enseñaron códigos. Caminado derecho nunca vas a faltar el respeto a nadie. Los códigos no están escritos como los mandamientos, no se compran, es la vida. No es fácil llegar a Europa, se me dio, me fui derecho de la Copa América en Perú para Mónaco. Me llevó Chevantón, fue así, un jugador no pudo quedar por un tema cardíaco y dio mi nombre, menos mal no me dieron para dominar la pelota en la presentación».
La selección uruguaya marcó su carrera, obtuvo un logro inolvidable en Argentina 2011: «La foto con la Copa América es la mejor, fue el sueño que me regaló el fútbol. Esa copa me dejó feliz en el fútbol, ya había jugado otras y no se daba. Me encantaría jugar el clásico que se viene con Argentina como a todos, ya sea jugadores o cualquier persona, es normal. Ya lo viví, emociones muy fuertes y hasta un gol a Argentina. Mi hijo Santiago ya está viviendo el clásico, se armó la bandera de Uruguay en el cuarto y está preparando todo con los amigos argentinos. Siempre vemos los partidos todavía con mucho nerviosismo, es la manera de acercarnos al país, no es lo mismo porque me falta gente y clima. Lo vivo como si estuviera adentro de la cancha».