Evalúan felicidad de los uruguayos del 1 al 10: promedio es 7
Solo el 2% se ubica en el escalón uno de la peor vida, pero el 17% en el escalón diez de la mejor vida; el resto se ubica en escalones intermedios. Los uruguayos no somos conocidos por ser alegres. Sin embargo, cuando evaluamos nuestra vida, en una escalera de diez escalones, donde uno es la peor vida y diez es la mejor vida, en promedio nos ubicamos casi en el escalón 7, con un promedio de 6.96.
Los más felices, según un reporte basado en encuestas de Gallup del año pasado, son los finlandeses, que se ubican en promedio en 7.89, casi un punto más arriba. Pero todos los países de América Latina y casi todos los países en vías de desarrollo tienen en promedio habitantes menos felices. Los menos felices de los países que aparecen en el reporte son los habitantes de Zimbabwe, con un índice de apenas 3.16.
Pero desde luego que ese 6,96 de felicidad en promedio esconde diferencias. Cada uno se ubica en “su escalón”: solo el 2% se ubica en el escalón uno de la peor vida, pero el 17% en el escalón diez de la mejor vida; el resto se ubica en escalones intermedios.
Además de las diferencias individuales, también se observan diferencias en la felicidad promedio de distintos grupos. La gente que reside en el interior del país evalúa mejor su vida que los capitalinos: los primeros se ubican en promedio en 7,10, mientras que los montevideanos se ubican en apenas 6,76.
Por otro lado, las mujeres están más felices que los hombres. La edad también marca diferencias: los menores de 30 años son más felices que los de 30 a 59, pero los más felices con su vida, por amplio margen, son los más veteranos, con un promedio de 7,39.
Están bastante menos satisfechas con su vida las personas con educación media que las más y las menos educadas. Según el estudio, el trabajo no parece hacer la felicidad: es casi igual el promedio de felicidad de los trabajadores y de los que no tienen trabajo. Pero lo que sí pesa en la felicidad son los ingresos: a mayores ingresos, mayor el promedio de felicidad, que pasa de 6,71 en el grupo de menos ingresos a 7,35 en el de más ingresos.
En síntesis: en Uruguay la mayoría piensa que su vida está más cerca de “la mejor vida” que de la peor. Están más satisfechos los residentes del interior que los montevideanos, los adultos mayores, que han vivido más y pueden evaluar mejor el conjunto de su vida en lugar de focalizarse en los problemas cotidianos, las mujeres y las personas de más ingresos.