El riesgo de las superbacterias: estas son las peligrosas consecuencias del mal uso de antibióticos

En 2021, la directora del Instituto Nacional de Salud (INS) ya se refería a las ‘superbacterias’, capaces de afectar la salud y economía mundial.

Una de las mayores amenazas que afronta la humanidad está relacionada con la resistencia antimicrobiana (RAM), que podría acabar con siglos de avances médicos, y dificulta el tratamiento de enfermedades como neumonía, tuberculosis, infecciones de vías urinarias, faringoamigdalitis, entre otras causadas por bacterias.

La doctora Martha Ospina, directora del Instituto Nacional de Salud (INS), se refirió a las ‘superbacterias‘ en un evento de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) del 2021.

«Los mecanismos de resistencia son cada vez más novedosos y los microorganismos desarrollan nuevas formas de resistir cuando son agredidos, lo que va de la mano con que no hay nuevas moléculas (como los antibióticos) para contrarrestarlos», detalló, según un informe de la OPS.

Esto es alarmante, pues durante casi un siglo los medicamentos para combatir las bacterias, conocidos como antibióticos, han ayudado a controlar y destruir muchas de las bacterias dañinas que nos pueden enfermar.

Sin embargo, estos han perdido su efectividad contra algunos tipos de bacterias. De hecho, ciertas bacterias ahora son imbatibles con las medicinas actuales, debido al mal uso de estas medicinas, que han derivado en «superbacterias» resistentes a los medicamentos.

Cada año, estas bacterias resistentes a los medicamentos infectan a más de 2 millones de personas en Estados Unidos y matan a por lo menos 23.000, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

«Las formas resistentes a los medicamentos de la tuberculosis, la gonorrea y las infecciones por estafilococos son sólo algunos de los peligros que enfrentamos», advierten.

Los antibióticos están entre los medicamentos que más comúnmente se recetan a las personas y a los animales, pues son eficaces contra las infecciones bacterianas como la faringitis estreptocócica y algunos tipos de neumonía, las enfermedades diarreicas y las infecciones del oído.

Sin embargo, estos medicamentos no funcionan en absoluto contra los virus, tales como los que causan los resfriados o la gripa, pero muchas personas los usan en esos casos. Ese abuso y mal uso de los antibióticos ha contribuido a crear bacterias resistentes a los medicamentos.

«Cuando se utilizan correctamente, los antibióticos pueden ayudar a destruir las bacterias que causan las enfermedades. Pero si usted toma un antibiótico cuando tiene una infección viral como la gripe, el medicamento no afectará a los virus. En lugar de eso, se destruirá una amplia variedad de bacterias en su cuerpo, incluyendo algunas de las bacterias «buenas» que lo ayudan a digerir los alimentos, combatir las infecciones y mantenerse sano. Las bacterias que son lo suficientemente fuertes como para sobrevivir al medicamento tendrán la oportunidad de crecer y multiplicarse rápidamente. Estas cepas resistentes a los medicamentos pueden incluso transmitirse a otras personas», explican los CDC.

Por eso, el llamado de las entidades de salud es evitar la automedicación y cumplir al pie de la letra las indicaciones de los médicos al recetarle antibióticos. No insista si su proveedor médico no le receta este tipo de medicamentos.

Consecuencias de las superbacterias.

Como resultado de esta mutación de las bacterias, el manejo de las infecciones se hace más difícil cada día, lo que hace que el paciente no responda al esquema de tratamiento o que se requieran más dosis.

«En ocasiones, hay que hospitalizarlo y puede fallecer porque no hay alternativas disponibles para tratar infecciones ocasionadas por microorganismos resistentes, a lo que se suman los costos en la atención y para el sistema de salud en general», señala la OPS.

Por eso, la alerta del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), indica que hasta diez millones de personas podrían morir anualmente de aquí a 2050 debido a la resistencia a los medicamentos que han desarrollado algunas bacterias y otros microbios, sobre todo después de la toma injustificada de antibióticos que aumentó exponencialmente durante la pandemia.

De acuerdo con la ONU, los antimicrobianos y las superbacterias también afectan a la economía y se espera que cause una caída del Producto Interior Bruto (PIB) de al menos 3,4 billones de dólares anuales para finales de la década, empujando a unos 24 millones de personas a la pobreza extrema.

El riesgo es latente, pues en el pasado, algunas de las superbacterias más peligrosas solo estaban en centros de atención médica, pero ahora están afuera, en la comunidad, y cualquiera puede infectarse.

Por ejemplo, una superbacteria cada vez más común que se encuentra fuera de los hospitales es la Staphylococcus aureus (MRSA) resistente a la meticilina, que puede causar infecciones de la piel y, en casos más graves, neumonía o infecciones del torrente sanguíneo.

También están las infecciones de transmisión sexual, que involucra la Neisseria gonorrhoeae y las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA), con cuatro microorganismos: Salmonella spp, Shigella spp, Campylobacter spp y Listeria monocytogenes, por mencionar algunas.

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