Darío Silva: «Jugar en la selección es lo más bonito de todo»

Delantero de extensa carrera en lo local con recordado pasaje por Peñarol, muchos años y éxitos en el fútbol europea, y emparentado desde siempre a la celeste, Darío Silva charló de sus recuerdos defendiendo la camiseta de Uruguay y de la actualidad del combinado mayor en 2 de Punta:

«Llegué a la Selección y jugaban polillita Da Silva, Rubén Sosa, Enzo Francescoli, pato Aguilera y Daniel Fonseca, eran terribles futbolistas que la rompían en sus clubes y decíamos que sería difícil volver a ver jugadores así. Después vinieron otros fenómenos y seguirán viniendo. No hay que comparar, Luis y Edi son insoportables todo el partido, dos monstruos, lo que hace Cavani para el equipo no lo hace nadie en el mundo, hay datos científicos que lo demuestran. No hay que mirar solo como juegan los dos, son mucho más completos que eso. Los defensas no salen, no saben para donde les van a arrancar, son superdotados. Hay hoy muchos delanteros buenos hasta en el fútbol local, Darwin Núñez dio un salto muy grande, Gómez es interesante y Jonathan Rodríguez me gusta».

«Por como está todo con el covid y las lesiones, nadie puede pronosticar nada en las Eliminatorias. Se nos bajan jugadores y se nos complica, tengo ese temor que nos pase eso y no se pueda responder a esas dificultades. La Selección es lo que más queremos y por eso pienso en eso. Ya sabemos que hay jugadores que en poco tiempo ya no van a estar más, quiero que salga todo fenomenal y que se pueda ser Campeón del Mundo, no me extraña que se pueda lograr, tenemos a los mejores, también tenemos que tener un poco más de suerte que siempre hace falta en el fútbol. Con una Mutual de jugadores a nivel internacional la Copa América no se jugaba. Esto es económico, esto es por dinero, si paran el fútbol se funde. Yo lo pararía como se para todo. Acá no van a parar nada nunca, ni acá ni en Europa, la televisión paga mucho».

«Siempre cuando venía a Uruguay tenía que estar unas horas en Treinta y Tres con mi familia, me peleaba en el Club para venir antes, hasta inventé una lesión para venir antes a la Selección alguna vez. Siempre se me inflamó una rodilla desde chico, si veía que se venía un rival no tan difícil en el club me hacía ver la rodilla, saltaba que estaba inflamada pero a mí no me dolía, de esa forma lograba que me dejaran venir antes, eso no lo hacía ante rivales importantes, ahí no me venía ni loco. Lo más importante siempre fue vestir la celeste. Seguro se me complicaba si me tocaba jugar como ahora sin hinchas, yo necesitaba a la gente, al hincha mío y gente en contra. Sin gente no es lo mismo, cada partido parece una práctica algo más exigente y con tensión, cambia mucho. Hoy es lo mismo jugar una final en el Maracaná o jugarla en el Estadio de mi pueblo».

«Jugando para la Selección sabías que tenías que cumplir, no podés estar por estar. Jugar en la Selección es lo más bonito de todo. Desde que te llaman en la convocatoria todo ya es exigente, ya ese chip era super, era una gasolina que te daba el impulso para cada partido. Siempre estaba pendiente de cada llamado para representar al país. Quizás se pudo hacer mejor y tener más alegrías pero todo en la vida no se puede. Estar en el vestuario de la Selección no es para cualquiera. Uruguay siempre tiene la obligación de ganar, tenemos futbolistas y equipo de sobra. Ya lo dije, era gente bastante mala la que estaba en lo logístico y organizativo en nuestra época, eran uruguayos pero nos perjudicaban, no ayudaban. Yo igual venía en bicicleta a jugar en la Selección, no me molestaba, la 9 era mía».

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