Se cerró el agujero en la capa de ozono en el Ártico
El agujero sin precedentes en la capa de ozono estratosférica sobre el Ártico se cerró. El motivo de su desaparición no tiene nada que ver con la reducción de la contaminación que permitió el confinamiento a causa del coronavirus, sino más bien con una ola de calor, según afirmó en su cuenta de Twitter el Servicio de Monitoreo de Atmósfera Copernicus.
Todo se descubrió a fines de marzo cuando un fenómeno extraordinario dejó a la comunidad científica totalmente descolocada. Se detectó en el Polo Norte un agujero de enormes dimensiones en la capa de ozono, gas que protege a la Tierra de la mayor parte de la radiación ultravioleta del Sol.
Aunque no era un fenómeno aislado porqué ya se habían producido «miniagujeros» sobre el polo norte en otras ocasiones, si era inédito su tamaño (un millón de kilómetros cuadrados) y su duración. La principal teoría que explica su formación pasa por unas condiciones atmosféricas poco habituales, señala DPA. Según los científicos, unas temperaturas inusualmente gélidas en la estratosfera hicieron que se desplomen los niveles y se abra este agujero en la capa de ozono estratosférico sobre el Ártico esta primavera, del mismo modo que se produce desde hace décadas en la Antártida tras concluir el invierno austral.
El agujero de la capa de ozono en la Antártida se intensificó hace décadas por las emisiones industriales de gases que destruyen el ozono, un gas protector de la vida en la Tierra frente a los rayos ultravioleta. La prohibición de estos compuestos en el Protocolo de Montreal en 1989 permitió que ese fenómeno –inusual en el Ártico– disminuya en la actualidad.