El mundo venía girando, arrollador.
La vorágine no nos permitía reparar en los pequeños detalles. El ritmo frenético nos dominaba. La felicidad y los sueños esperaban en un segundo plano.
Un hecho cambiaría nuestras vidas para siempre. El paradigma cambió. La nueva normalidad nos hace adaptar, reinventar, sacar lo bueno y volver a empezar.
La comunicación es otra, los medios son otros.
Otro medio, OTRA CABEZA.